PANDEMIA EDITORIAL ¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE! - "EL LIBRE FLUJO DE IDEAS MEDIANTE LA PALABRA Y LA IMAGEN"
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Los importantes cambios que se han producido en el mundo editorial durante las últimas décadas, se han quedado eclipsados ante los que la pandemia del coronavirus está realizando por seudo decreto ley. Estamos sin ningún tipo de dudas en proporciones aún no medidas de proyección de crecimiento ante una revolución que como dijo el Che Guevara, ¡Hasta la victoria siempre! nos llevará el trabajo y abnegación a la literatura y yo añado, ¡O hasta la UCI!, ante una de las mayores batallas que el mundo de las letras desde su comienzo ha enfrentado para subsistir.
Esta revolución, a diferencia de otras, no tiene orígenes complejos, es simplemente que o cambias tus hábitos de vida o sucumbes. La sociedad humana debe dar gracias a la tecnología, Internet y al Big Data, de que no haya colapsado, pues es asombroso cómo las empresas se han reinventado con el teletrabajo que no hubiese sido posible sin la www. En el mismo sentido y manera, la tecnología ha dado la vuelta al mundo editorial desde la forma de escribir y editar, hasta la manera de comercializarse y publicitarse. El avance de las técnicas de producción y distribución online han permitido que una novela o libro, después de una correcta corrección, diagramación… (Algunas veces ni siquiera) pueda “fácilmente” comercializar su autor su manuscrito en un mundo digital sin fronteras, aranceles y por supuesto, intentos de censura que aún existen en muchos países democráticos o no de una u otra manera.
Pero no todo es oro lo que reluce y así nuevos modelos de negocio como la autoedición pujan fuertemente por matar al mundo de la literatura tal y cómo la concebimos. Un fenómeno que ha comenzado a masificarse desde hace algunos años y ahora se ha convertido casi en la única manera de que escritores consagrados o no, puedan vivir de su trabajo. La autoedición, que consiste en que el autor se encargue directamente de la edición de su libro: corrección, diagramación, registro, impresión, distribución y comercialización, es cada vez más común en autores que desean publicar o incluso vivir de su obra, puesto que la constante negaciones que la gran mayoría de los que lo intentan -ser editados- por distintos motivos esgrimidos por las editoriales tradicionales, terminan por frustrar esa posibilidad.
Motivado por esta situación, la vorágine cutre y destructora inventora del haz dinero como puedas y a costa de lo que sea, también ha llegado al mundo de la editorial. Muchas empresas incluso de tradición y renombre, se han convertido en facilitadores de la autoedición cobrando para ello servicios que de siempre les ha correspondido a los sellos asumir. Una manera de asegurar ingresos, eliminar riesgos e inversiones.
De ahí que el libro no desaparecerá, pero sí la manera de entender y consumir la literatura. Y por el camino dejarán muchos restos agonizantes de esta batalla contra el virus que estamos lidiando. Hablo de las librerías, esas pequeñas o grandes catedrales del conocimiento y la fantasía que difícilmente volverán a abrir después del cierre obligado, ¡Y ay del empresario atrevido que haga ese acto de generosidad por la humanidad!, deberá aguantar los envites de la tecnología digital desde la Estrella de la Muerte (Star Wars) en desventaja.
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¿Se puede revertir el proceso? Seguro. Pero para ello debemos primero volver a potenciar el libro papel como fuente base de la lectura para fomentar el conocimiento y EL OCIO, la tradición debe convertirse en tendencia y con ello arrastrar a jóvenes y mayores al mundo de Berne.
El audiovisual es el formato que manda hoy por hoy en Internet y el mundo del libro no puede ignorarlo. Un romance penetrante y caliente es necesario que se inicie entre el mundo editorial, el cine y la televisión. Son tantos los ejemplos de literatura llevada al cine o convertida en series de televisión con éxito que no creo que haga falta entrar en detalles. Nombres como JK Rowling que no solo con las aventuras de Harry Poter llevada exitosamente a la gran pantalla y a la televisión, junto Robert Galbraith con su serie -Cormoran Strike-, la serie detectivesca que escribió con este seudónimo, pasando por infinidades de series en NETFLIX salidas de novelas que no desmerecen a los premios Oscar de cine otorgados a películas que hoy son culto para cinéfilos y consumidores del buen cine clásico de todos los tiempos; Doctor Zhivago, según la novela de Boris Pasternak, El mago de Oz, según la novela de Frank Baum, Barry Lyndon, según la novela de William M. Thackeray, entre tantas que solo podría detallar creando una serie interminable de reportajes para ello.
Vídeo convocatoria de ejemplo, la fecha y lugares son ficticios.
El escritor debe acercarse al mundo audiovisual, tanto para publicitarse, y como alternativa de ingresos. Debe aprender cómo hacerlo. Las librerías deben reinventarse proponiendo contenidos audiovisuales en la promoción y acercamiento de marca a sus establecimientos físicos. Y el mundo de la producción audiovisual debería cuidar que los escritores no desaparezcan por inanición generando más concursos de guion basados en la literatura de tan alto nivel que hoy desconocida, deambula en silencio por el mundo.
Termino dando un toque o haciendo un brindis al Sol a ministerios de todos los países que son los encargados de mantener la cultura y el arte vivo. Salvemos al cine y la literatura fusionando ideas y ligándoles en un largo romance hacia un matrimonio feliz, e invitemos a todos al convite sino a los bautizos.
Laurentino Martín Villa.
El Profe.
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La Candelaria, una Thriller de investigación de ficción que te enseñará cómo vivirás el fin del mundo.
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